lunes, 29 de noviembre de 2010

LENGUA 2º ESO

Ana Mª Matute ha ganado este año el premio Cervantes de literatura. Creo que en primaria habéis leído un libro suyo, Paulina. Podéis recordarlo para comentarlo en clase la próxima semana y buscar una biografía de la autora. Yo os mando aquí unas palabritas suyas para comentarlas también. A ver qué os parece.

DECÁLOGO DEL ESCRITOR, SEGÚN MATUTE


«El escritor nace, no se hace: es una cuestión de ser o no ser»

«Escribir es también una forma de protesta. Casi todos los escritores comparten el malestar con el mundo»

«Mientras haya un poeta, la poesía existirá»

«Maestros, estudios nunca estorban; pero no crean»

«Escribir es muy difícil, sobre todo hacerlo de forma sencilla»

«Lo 'políticamente correcto' casi nunca es literario»

«No hay universidad que enseñe lo que enseña la vida»

«Escribir es una forma de ser y de estar»

«Un libro no existe en tanto alguien no lo lea»

«El día que piense que he escrito algo perfecto, estaré muerta.

miércoles, 20 de octubre de 2010

CIUDADANIA.4ºESO. INFORMACIÓN SOBRE GRECIA CLÁSICA Y HELENÍSTICA.

Cronología de antigua Grecia

Algunos historiadores consideran que los primeros Juegos Olímpicos Antiguos en 776 a. C. señalan el comienzo del período conocido como la Antigua Grecia. Entre el fin del período micénico y los primeros olímpicos transcurre una época llamada la Edad Oscura de Grecia, de la cual no existe ningún escrito y quedan pocas reliquias arqueológicas. Hoy en día, este período se incluye en el término Antigua Grecia.
Tradicionalmente se consideraba que la época de la Antigua Grecia finalizaba con la muerte de Alejandro Magno en 323 a. C., dando comienzo al período helenístico.[1] No obstante, se extiende el periodo de la Antigua Grecia muchas veces para incluir el tiempo hasta la conquista romana de 146 a. C. Algunos autores tratan la cronología de la Antigua Grecia como un continuo hasta la llegada del cristianismo en el siglo IV; pero esta opinión es poco convencional.
La Historia de la Antigua Grecia suele subdividirse en varios períodos según la alfarería y los sucesos políticos, sociales y culturales:[2]

Fuentes

Hay que tener cuidado con las fuentes de información cuando se trata la historia de la Antigua Grecia. La mayoría de los historiadores y escritores políticos cuyas obras han sobrevivido —notablemente Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Demóstenes, Platón y Aristóteles— eran o atenienses o pro-atenienses. Por eso sabemos muchísimo más sobre la historia y la política de Atenas que de cualquier otra ciudad griega. Además, estos escritores se centran en la historia política, militar y diplomática; prestándole relativamente poca importancia a la historia económica ni social.[3] Todas las historias de la Antigua Grecia tienen que enfrentarse a estas limitaciones.

Grecia clásica

Siglo V a. C.

Atenas y Esparta pronto tendrían que aliarse ante la mayor amenaza a la que la Antigua Grecia se enfrentaría hasta la conquista romana. Después de aplastar la revuelta jónica, una rebelión de las ciudades griegas de Jonia, Darío I de Persia, Rey de los reyes de la Dinastía Aqueménida, decidió subyugar Grecia. Su invasión en 490 a. C. fue sofocada por la victoria ateniense heroica en la batalla de Maratón bajo Milcíades el Joven. Jerjes I de Persia, heredero de Darío I, intentó su propia invasión diez años después. Pero a pesar del número abrumador de soldados en su ejército, Jerjes I fue derrotado después de la batalla de retaguardia famosa de las Termópilas y las victorias por los griegos aliados en las batallas de Salamina y Platea. Las Guerras Médicas continuaron hasta 449 a. C., conducidas por los atenienses y su Confederación de Delos, durante las que Macedonia, Tracia, las Islas del Egeo y Jonia fueron liberadas de la influencia de Persia.
La posición entonces dominante del «imperio» ateniense marítimo amenazó a Esparta y a la Liga del Peloponeso, compuesta de ciudades de Grecia continental. Inevitablemente, encendió la guerra del Peloponeso (431-404 a. C.). Aunque la inmensa mayoría de la guerra fue un punto muerto, Atenas sufrió varios reveses durante el conflicto. Una gran peste en 430 a. C., seguida por una campaña militar desastrosa llamada la expedición a Sicilia, debilitó severamente a Atenas.
 El momento decisivo llegó en 405 a. C. cuando Esparta cortó las provisiones de grano del Helesponto a Atenas. Obligada a atacar, la armada ateniense paralizada fue decisivamente vencida por los espartanos bajo el mando de Lisandro en Egospótamos. En 404 a. C. Atenas demandó la paz, y Esparta dictó un acuerdo previsiblemente severo: Atenas perdió sus murallas (incluyendo los Muros Largos), su armada y todas sus pertenencias en ultramar.

Siglo IV a. C.

Entonces Grecia empezó el siglo IV a. C. bajo hegemonía espartana, pero estaba claro desde el principio que era débil. Una crisis demográfica privó a Esparta de parte de su población, y para 395 a. C. Atenas, Argos, Tebas y Corinto sentían que podían desafiar el dominio espartano, resultando en la guerra de Corinto (395-387 a. C.). Otra guerra llena de puntos muertos que terminó restableciendo el statu quo.
La hegemonía espartana duró 16 años más hasta que, al tratar de imponer su voluntad sobre los tebanos, los espartanos sufrieron una derrota decisiva en Leuctra (371 a. C.). El brillante general tebano Epaminondas luego condujo tropas tebanas hacia el Peloponeso, donde otras ciudades-estado desertaron de la causa espartana. Por lo tanto los tebanos pudieron marchar a Mesenia y liberar la población. Privada de sus tierras y sus siervos, Esparta se deterioró y se convirtió en una potencia de segunda clase. La nueva hegemonía tebana duró poco tiempo; en la batalla de Mantinea en 362 a. C., Tebas perdió su líder clave, Epaminondas, y muchísimas tropas, aunque salió victoriosa en la batalla. De hecho, todas las ciudades-estado perdieron bastantes hombres, de manera que ninguna pudo restablecer su dominio.
La situación de debilidad de Grecia central coincidió con el surgimiento de Macedonia, encabezada por Filipo II. En veinte años, Filipo había unificado su reino, mientras lo ampliaba hacia el norte y el oeste a costa de tribus ilirias y conquistaba Tesalia y Tracia. Sus éxitos en parte se debían a sus muchas innovaciones militares. Filipo solía intervenir en los asuntos de las ciudades-estado del sur, culminando en su invasión de 338 a. C. Al derrotar decisivamente al ejército aliado de Tebas y Atenas en la batalla de Queronea, se convirtió en el hegemón de facto de toda Grecia. Obligó a la mayoría de las ciudades-estado a unirse a la Liga de Corinto, aliándolas a él y previniendo que lucharan entre sí. Luego Filipo entró en una guerra contra la Dinastía Aqueménida (persas), pero fue asesinado por Pausanias de Orestis a principios del conflicto.
Alejandro, heredero de Filipo, prosiguió la guerra. Alejandro derrotó a Darío III de Persia y desmanteló completamente la dinastía aqueménida, anexionándola a Macedonia y ganándose el epíteto de «Magno». Cuando murió Alejandro en 323 a. C., el poder y la influencia de Grecia estaban en su apogeo. Sin embargo, había habido un cambio fundamental, fuera de la fuerte independencia y la cultura clásica de las poleis, y hacia la cultura helenística en vías de desarrollo.

Grecia helenístico.

El período helenístico duró desde 323 a. C., cuando terminaron las guerras de Alejandro Magno, hasta la anexión de Grecia por la república romana en 146 a. C. Aunque el establecimiento del reinado romano no rompió la prolongada continuidad en la sociedad y la cultura helenísticas –que se mantendrían en la misma forma básica hasta la llegada del cristianismo– sí señaló el final de la independencia política griega.

Durante el período helenístico, la importancia de «la misma Grecia» (es decir, el territorio de la actual Grecia) se reducía bruscamente por el mundo grecoparlante. Los grandes centros de la cultura helenística eran Alejandría y Antioquía, las capitales de Egipto ptolemaico y Siria seléucida respectivamente.[24]
Las conquistas de Alejandro tuvieron varias consecuencias para las ciudades-estado griegas. Ampliaron enormemente las fronteras de los griegos y acabó en una emigración continua, especialmente de los jóvenes y los ambiciosos, hacia los nuevos imperios griegos al este.[25] Muchos griegos emigraron a Alejandría, Antioquía.
Después de la muerte de Alejandro y tras varios conflictos, su imperio se dividió entre sus generales, resultando en el Reino Ptolemaico (basado en Egipto), el Imperio seléucida (basado en el Levante), Mesopotamia y Persia, y la Dinastía Antigónida (basada en Macedonia). En el período intermedio, las poleis de Grecia pudieron recobrar un poco de su libertad, aunque tenían que rendirle cuentas nominalmente al Reino Macedonio. Las ciudades-estado se quedaron en dos ligas: la Liga Aquea (incluyendo Tebas, Corinto y Argos) y la Liga Etolia (incluyendo Esparta y Atenas). En la mayor parte del período hasta la conquista romana, estas ligas solían estar en guerra entre sí, mientras se aliaban a partidos distintos en los conflictos entre los diádocos (los estados sucesores del imperio de Alejandro).
El reino antigónida de Macedonia se implicó en una guerra con la república romana a finales del siglo III a. C. Aunque la Primera Guerra Macedónica quedó inconclusa, los romanos siguieron haciendo la guerra con Macedonia en las denominadas «Guerras Macedónicas». Coincidentemente con el desarrollo de la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago, durante la Primera Guerra Macedónica el reino antigónida, bajo Filipo V, se alió con Cartago. Dicha alianza no tuvo mayores consecuencias e, inclusive, en esta lucha entre grandes potencias como Macedonia, Roma y Cartago, algunos sectores griegos tomaron partido por Roma.[26] Hacia el año 168 a. C., finalizada la Tercera Guerra Macedónica y derrotado Perseo —heredero de Filipo V—, Macedonia fue anexada por Roma y dividida en cuatro repúblicas independientes que no tenían permitido ni el comercio ni el matrimonio entre sus habitantes.[27] En 150 a. C., Andrisco diciéndose hijo de Perseo de Macedonia, realizó varias ofensivas contra Roma, hasta su derrota y la conversión definitiva de Macedonia en provincia romana.[27]
La Liga Etolia se había vuelto recelosa de la participación romana en Grecia, y se había puesto de parte de los seléucidas en la Guerra Romano-Siria. Cuando los romanos terminaron victoriosos, esta liga también se anexionó a la república. Aunque la Liga Aquea duró más que la Liga Etolia y Macedonia, también fue derrotada e incorporada por los romanos en 146 a. C. —y la rica ciudad de Corinto destruida tras un intento inútil de resistencia—, terminando Roma con la independencia de toda Grecia. La república romana había desarrollado con éxito su estrategia de dividir y enfrentar entre sí a sus adversarios, lo que posteriormente se conocería como divide et impera, expresión que pasaría a la Historia en diferentes contextos.[28]

CIUDADANIA 2ºESO

“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.”
Aristóteles
delfos
El oráculo de Delfos llegó a ser el centro religioso del mundo helénico se trataba de un gran recinto sagrado dedicado al dios Apolo, al que acudían los griegos para preguntar a los dioses sobre cuestiones de importancia.
Situado en Grecia, en la antigua ciudad de Delfos, al pie del monte Parnaso, se dice que en sus dinteles de piedra había grabadas dos inscripciones, dos máximas que tienen absoluta vigencia muchos siglos después.
  • Conócete a ti mismo
  • Nada en exceso
Se trata de dos preceptos fundamentales tanto para empresas como para sus gestores, tan útiles a nivel personal como necesarios pensando en términos de la organización.
CONÓCETE A TI MISMO
Estas palabras escritas por los siete sabios en el frontispicio del templo de Delfos, es clásica en el pensamiento griego y se atribuye a Tales de Mileto. A lo largo de la historia  muchos pensadores han reflexionado sobre ella siguiendo el ejemplo de Sócrates y Platón
Desde el punto de vista empresarial es esencial conocer a fondo nuestro negocio para ser conscientes de las debilidades y fortalezas del mismo. Cuantas organizaciones están pasando por problemas porque no fueron capaces prever su reacción ante un cambio de tendencia. En ningún momento se plantearon como respondería su negocio ante una situación como la actual y continuaron alimentando estructuras rígidas basadas en el crecimiento indefinido.
Conocer a fondo nuestra empresa y el entorno en el que se desenvuelve nos  permitirá adoptar las decisiones adecuadas y responder con eficacia a un devenir cambiante y tremendamente complejo.
Centrándonos en el ámbito personal el hecho de conocer a fondo nuestro interior y ser conscientes tanto de nuestras fortalezas como de las limitaciones permite:
•       Conocer aquello que nos está sucediendo y las sensaciones que  estamos sintiendo.
•       Tener pleno control emocional, regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado de ánimo y su exteriorización.
•       Aumentar nuestra  capacidad de motivarnos y de motivar a los demás.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Noticias

Siempre he tenido una especial curiosidad por escuchar los informativos durante el período estival. El motivo no es que considere que las noticias sean espegial mente interesantes, sino que la ausencia de actividades que podríamos llamar entre comillas productivas, trae como consecuencia la ausencia de noticias que ocupan durante el resto del año los grandes titulares: economía, entrevistas de los grandes jefes de estado... ¿Qué nos cuen tan los periodistas en el mes de aagosto? Que fulanito está en Palma de Mallorca, menganito en Canarias, etc etc etc. ¿Y qué más? Pues noticias sin importancia, sin interés para los grandes titulares y que en otros momentos ni siquiera se mencionan ¿para qué? ¿Qué interés tienen las luchas tribales en África o la situación de los campos de refugiados? Total ya todos tenemos asumido que eso es así. ¿A quién le interesa?

Mis vacaciones

El tiempo mejor empleado es el que se disfruta meditando, tomando el sol, leyendo... Cutivar el espíritu del ocio en el más clásico y puro sentido de la palabra.